Es cualquier acción, omisión o patrón de conducta dirigido a causar daño emocional, disminuir la autoestima, afectar la honra, provocar descrédito, menospreciar la dignidad personal, perturbar, degradar la identidad cultural, las expresiones o modos de pensar desde lo étnico e intercultural, intergeneracional; con la finalidad de controlar la conducta, el comportamiento, las creencias o las decisiones de los NNAJ mediante la humillación, la intimidación, el encierro, el aislamiento, la limitada o nula participación en temas propios de su edad o interesés como parte de un grupo o colectivo; o cualquier otro acto que afecte su estabilidad psicológica y emocional. Se pone de manifiesto a partir del maltrato verbal (insultos, ofensas, gritos, apodos, burlas, comentarios peyorativos o discriminatorios, groserías, sarcasmos, etiquetamientos) y el maltrato emocional (discriminación, exclusión, intimidación, manipulación, humillación, amenazas, difusión de rumores, inculpación, control mediante mecanismos de vigilancia, hostigamiento, etc.). En muchos casos, es difícil detectar si se han ejercido otras formas o tipos de violencia, pues la víctima no siempre presenta evidencias físicas y visibles. Sin embargo, este tipo de violencia afecta a la persona a nivel individual-grupal y emocional, con consecuencias sobre su salud mental y su desarrollo integral.